Una vez se ha decidido llevar a cabo una reforma integral de la vivienda, hay que tener en cuenta una serie de pasos a seguir que ayudarán a evitar cualquier imprevisto…

 

1. Anotar las necesidades de los habitantes

Normalmente se opta por una reforma integral por los baños y la cocina están desactualizados, las instalaciones son deficientes, etc. Sin embargo, no siempre se piensa en cuáles son las necesidades de aquellos que habitan la vivienda. Antes de contactar con nadie, hay que tener claro cuáles son y anotarlas. El arquitecto o el decorador elegido para llevar a cabo la reforma será quien se encargue de encontrar la solución al problema.

2. Buscar un profesional

El boca-oreja sigue siendo un buen método a la hora de buscar un profesional, pero también lo es el uso de webs como Plan Reforma. Lo importante en este punto es contactar al menos con tres profesionales, para así tener varios presupuestos que comparar y luego poder escoger el que más se ajuste a los requerimientos de cada uno.

 

3. Elegir las calidades de la obra

Lo habitual es que se contacte directamente con un profesional, pero, a veces, para las obras que no requieren proyecto previo, hay quien prefiere hacerlo por su cuenta. Sea como sea, antes de pedir presupuesto hay que tener claro qué acabados se quieren: tipos de suelos, griferías, muebles de cocina, electrodomésticos… Si se va a contratar a un arquitecto o interiorista, él podrá aconsejar en la elección de materiales para ajustarlo al presupuesto fijado. También se puede encontrar ayuda en los propios calculadores de reformas.

 

4. Comparar presupuestos

Es esencial que todos los profesionales presupuesten lo mismo, ya que si cada uno pone lo que quiere, será muy difícil comparar. Por eso también es importante tener claras las necesidades y las calidades que se quieren antes de solicitarlos.

 

 

 

5. Elegir al profesional que realizará la reforma

A la hora de decidirse por un profesional u otro es imprescindible quedarse con aquel que mejores sensaciones cause. La reforma de una vivienda es un proceso complejo que puede ser entrañable si se va de la mano de alguien que guste, no sólo a nivel profesional, sino también a nivel personal.

6. Firmar el contrato de obra

Muy pocos son los que se deciden a redactar un contrato de obra y, sin embargo, es altamente recomendable para poder minimizar las discusiones o malentendidos que puedan surgir durante las obras y que se pueden traducir en extras de obra. Saber qué contiene el presupuesto de reforma es imprescindible, sobre todo en la rehabilitación de casas antiguas, donde la aparición de extras es mucho más habitual debido a los vicios ocultos.

 

7. Saber qué permisos de obras son necesarios

El miedo a pedir los permisos de obras se debe al desconocimiento. La mayor parte de obras precisan de permisos muy sencillos de tramitar y un arquitecto o decorador puede gestionar todas las licencias necesarias. Si se hacen obras por cuenta propia, sólo hay que ir al ayuntamiento y preguntar. Las licencias no son ni muy caras, ni muy complejas y, en cambio, tener los permisos colgados en la puerta es una forma rápida de acallar las posibles quejas de los vecinos.

 

Fuente: fotocasa

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